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sábado, 3 de marzo de 2012

¿Mamá, estás ahí?

Otra historia mas de http://kruela.ciberanika.com/ (el titulo es "Noche de tormenta" pero este que le puese le faborece mas, pero también le faborece "Te llebarán a ti también" si leeis la historia saveris porque...):


Las dos de la mañana, llovía en Santiago, una gran tormenta se había desatado y mientras corría bajo la lluvia Miguel podía ver iluminarse el cielo como si fuese de día, cuando los potentes rayos abrían el cielo en dos.
… DAAAANG… DAAAANG...
Dos campanadas escuchó Miguel mientras corría a su casa desde la discoteca “El Retablo”, normalmente no solía recogerse tan temprano pero hacía apenas 5 minutos había recibido una inquietante llamada en su móvil desde el teléfono de su madre.
-          ¿¡Diga!?... ¿mamá eres tú?
-          ¡¡¡Miguel!!!
-          Si mamá, ¡dime!
-          Por favor, ven rápido a casa, estoy muy asustada…  se ha ido la luz y estoy oyendo pasos en el sótano…
-          Mamá voy ahora… no te preocupes en menos de 15 minutos estoy ahí
-          Date prisa por favor… estoy muy asust… clic… silencio. La conversación se había cortado a mitad de la frase.    
Miguel había intentado llamar al móvil de su madre varias veces… pero una y otra vez una voz pregrabada repetía…
… La persona a la que llama tiene el teléfono apagado o fuera de cobertura…
Pero la sexta vez el mensaje había cambiado…
La persona a la que llama está siendo sacrificada… Miguel horrorizado había echado a correr hacía su casa como alma que lleva el diablo.
Ahora corría por delante de la iglesia de Santa Salomé, y ya estaba a pocos metros de su casa cuando había escuchado las campanadas.  
Miguel vivía solo con su madre desde que, el año anterior, su padre había muerto en extrañas circunstancias. Vivían los dos en una pequeña casa del casco antiguo de Santiago de Compostela, en una vivienda unifamiliar a la que se habían mudado cuando Miguel todavía era pequeño. Se conocía aquella parte de la ciudad como la palma de su mano, pero ahora las zonas por donde había pasado cientos de veces ahora se le antojaban extrañas, veía sombras amenazadoras en todas partes y hasta las nubes de tormenta parecían más oscuras encima de la casa.
Por fin llegó a la puerta de su casa para descubrir que no estaba echada la llave. Avanzó con cautela y probó la llave de la luz…
Clic … Clic… Clic… accionó varias veces el interruptor y nada, solo oscuridad.
Avanzando a oscuras y usando su móvil como linterna se internó en su hogar mientras llamaba a su madre.
-          ¿¿Mamá??   ¡¿estás ahí?! …. Solo silencio.
Fue recorriendo una a una todas las habitaciones de la casa sin encontrar ni rastro de ella, al final solo le quedaba una estancia, el sótano. Había esperado no tener que adentrarse en él, pero la necesidad de saber si su madre estaba bien pesaba más que el miedo irracional que le producía aquella puerta.
Bajó con cautela mientras seguía llamando a su madre, se dirigió con la escuálida luz de su móvil y revisó las cuatro esquinas del sótano… y al llegar a la última la vio, allí estaba su madre en cuclillas, mirando hacía la pared y con la ropa destrozada manchada de sangre.
-          ¿Mamá por favor que te ha pasado? ¿¿estás bien??
-          te llevarán a ti también
-          ¿Qué dices? No te oigo
-          te llevarán a ti también
-          Por favor, ¡habla más alto!- dijo Miguel al tiempo que intentaba tocar a su madre, pero el ser que lo miró desde la esquina ya no era ella. Su rostro, ahora deforme, tenía una expresión de terror irracional, en el se podían ver profundas heridas y las cuencas de sus ojos estaban vacías, al tiempo que la tocaba se escuchó un grito desgarrador
-          …te llevaraaaaaaaaán a ti tambiéeeeeeeen!!!!!…
En ese preciso instante un rayo impactó contra la casa haciéndola arder. Miguel, conmocionado, no pudo escapar a tiempo y quedó atrapado junto aquel ser, muriendo en el incendio.


Epílogo.
Años después un empresario compro la casa en ruinas y la reconstruyó para poner un negocio, utilizó el primer piso como cafetería y los aseos los puso en el antiguo sótano. Las noches de tormenta la gente que va al servicio asegura que se escucha una voz masculina que repite una y otra vez… ¿Mamá, estás ahí?... y al mirarse en el espejo una cara terrorífica les hace señas para que corran mientras grita…. …te llevaraaaaaaaaán a ti tambiéeeeeeeen!!!!!…

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